Los espectadores argentinos de cine asisten a las salas para ver películas que, en su gran mayoría, son extranjeras. De estos Films importados, Hollywood posee el monopolio de los mismos, los cuales tienen el éxito casi asegurado por el hecho de pertenecer a la industria hollywoodense.
Sólo una cuarta parte de los estrenos anuales son argentinos. El resto son producciones internacionales que, generalmente, gozan de una gran aceptación del público, y hasta son categorizadas como “éxitos de taquilla”.
La gran concentración poblacional y económica del país en Capital Federal y Gran Buenos Aires, hace que la industria cinematográfica se centralice en esta zona. Además, es aquí donde la asistencia a las salas de cine forma parte de un “hábito” que las personas eligen como forma de esparcimiento y una manera de entretenerse. Tal es así que la cantidad de espectadores actuales, comparada con la de una década atrás, se ha mantenido casi sin variaciones.
Es innegable la escasa inversión financiera que las instituciones gubernamentales destinan al desarrollo y promoción de la cultura cinematográfica nacional, a pesar de los reclamos, ya históricos, de directores locales y todo tipo de trabajadores de cine.
Quizás, por falta de oferta de películas argentinas, o simplemente por una cuestión de preferencia, son los espectadores los que eligen qué película ir a ver. Y son estos los que también, muchas veces, hacen largas colas para comprar una entrada y ver una superproducción de Hollywood en la que participan las principales figuras del “star system”.
Nota: los datos fueron extraídos de las publicaciones del INCAA en su página web.
Sólo una cuarta parte de los estrenos anuales son argentinos. El resto son producciones internacionales que, generalmente, gozan de una gran aceptación del público, y hasta son categorizadas como “éxitos de taquilla”.
La gran concentración poblacional y económica del país en Capital Federal y Gran Buenos Aires, hace que la industria cinematográfica se centralice en esta zona. Además, es aquí donde la asistencia a las salas de cine forma parte de un “hábito” que las personas eligen como forma de esparcimiento y una manera de entretenerse. Tal es así que la cantidad de espectadores actuales, comparada con la de una década atrás, se ha mantenido casi sin variaciones.
Es innegable la escasa inversión financiera que las instituciones gubernamentales destinan al desarrollo y promoción de la cultura cinematográfica nacional, a pesar de los reclamos, ya históricos, de directores locales y todo tipo de trabajadores de cine.
Quizás, por falta de oferta de películas argentinas, o simplemente por una cuestión de preferencia, son los espectadores los que eligen qué película ir a ver. Y son estos los que también, muchas veces, hacen largas colas para comprar una entrada y ver una superproducción de Hollywood en la que participan las principales figuras del “star system”.
Nota: los datos fueron extraídos de las publicaciones del INCAA en su página web.
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